El Real Madrid se marchó de Vallecas con la sensación de que este equipo no termina de arrancar. Xabi Alonso compareció en rueda de prensa con gesto serio, consciente de que su equipo ofreció una de sus versiones más grises. Evitó cargar las tintas, pero el mensaje fue claro: el conjunto blanco atraviesa un momento preocupante y las dudas se multiplican.
Los blancos no funcionan y la sombra del pasado vuelve a sobrevolar el vestuario. Cada vez son más las voces que ven en este Real Madrid demasiados parecidos con el de Ancelotti del curso anterior: plano, previsible y sin chispa. En Anfield apenas tiraron cuatro veces a puerta, y en Vallecas sólo uno más. Cinco disparos que apenas inquietaron al Rayo y que reflejan el pobre bagaje ofensivo de un equipo sin mordiente.
En el vestuario, el diagnóstico fue claro. «No jugamos a nada», reconocían desde la caseta madridista tras el empate, mientras intentaban buscar explicaciones a una actuación sin identidad ni ritmo.
Autocrítica desde el banquillo
Xabi Alonso asumió parte de la responsabilidad. «Me preocupa que hay que seguir creciendo, mejorando y haciendo una autocrítica positiva y constructiva. Esto es el Madrid y todos sabemos dónde estamos. Todavía estamos en noviembre, queda mucho. Hay que tener exigencia propia y también mesura», declaró el técnico vasco al término del encuentro.
Sin embargo, la autocrítica no tapa la evidencia: el Real Madrid no carburó y su entrenador se quedó sin respuestas. A la derrota en Anfield se suma este nuevo tropiezo ante el Rayo, que deja al equipo con un sabor amargo justo antes del parón de selecciones.
Cambios sin efecto
Tampoco los movimientos desde el banquillo mejoraron el panorama. Militao entró al descanso por un Huijsen amonestado. Más tarde, Xabi intentó agitar el medio con Ceballos por Brahim y movió a Camavinga para dar entrada a Rodrygo, que volvió a jugar por la derecha. El último cambio, la entrada de Trent, dejó más dudas que certezas.
Mientras tanto, los dos delanteros disponibles, Endrick y Gonzalo, se quedaron sin minutos. «Teníamos otros delanteros en el campo que también pueden crear peligro», justificó el técnico.
El parón internacional servirá para reflexionar. Xabi Alonso sabe que tiene mucho trabajo por delante si quiere enderezar el rumbo de un Real Madrid que, por ahora, sigue sin encontrarse. Las próximas semanas serán largas para los madridistas y, en especial, para un entrenador donostiarra que tendrá que hacerlo mucho mejor al regreso.